martes, junio 19, 2012



4.1 Hipótesis quimiosmótica y Potencial electroquímico de protón

Hipótesis quimiosmótica



La molécula de glucosa que inició la glucólisis está completamente oxidada. Parte de su energía se ha invertido en la síntesis de ATP. Sin embargo, la mayor parte de la energía está en los electrones capturados por el NAD+ y el FAD.

Los electrones procedentes de la glucólisis, de la oxidación del ácido pirúvico y del ciclo de Krebs se encuentran en un nivel energético aún muy alto. En el transporte de electrones éstos son conducidos a través de una cadena con múltiples y sucesivos aceptores. Cada uno de los cuales es capaz de aceptar electrones a un nivel ligeramente inferior al precedente. Los transportadores pueden existir en dos estados de oxidación próximos, pasando del uno al otro según acepten o desprendan electrones.

Cada par redox sólo puede recibir electrones de otro par que tenga potencial de reducción más negativo y solo puede cederlos al par que lo tenga menos negativo. El potencial más negativo de la cadena respiratoria es el NAD+ con -0,32 voltios. En el otro extremo está el agua con +0,82 voltios.



Cuando los electrones se mueven por la cadena transportadora salen a niveles energéticos inferiores y van liberando energía. Esta energía se emplea para fabricar ATP, a partir de ADP, en el proceso de fosforilación oxidativa.

Por cada dos electrones que pasan del NADH al oxígeno se forman 3 moléculas de ATP. Por cada dos electrones que pasan desde el FADH2 al oxígeno forman 2 de ATP. El mecanismo por el cual se produce ATP se explica por la teoría del acoplamiento quimiosmótico.

La Hipótesis quimiosmótica propone la existencia de un gradiente electroquímico a través de la membrana mitocondrial interna, cuya función es la de acoplar la energía del transporte de electrones a la síntesis de ATP.- Se crea un gradiente electroquímico porque:

- Electro:- Se extraen cargas positivas en contra del gradiente.
- Químico:- Las cargas salen en forma de H+, por lo que se incrementa la concentración de H+ en el espacio intermembranal, con lo que su pH baja, mientras que en la matriz el pH sube.
 El gradiente de protones tiene una energía potencial que se liberará al volver a entrar estos. Cada complejo actúa como una bomba de H+. La condición imprescindible para que se cumpla esta teoría es que la membrana mitocondrial interna sea impermeable a los protones.
Existen varias pruebas de esto:
- Al añadir un sustrato oxidable a un medio con mitocondrias el medio se acidifica.
- Si añadimos un desacoplador se colapsa el gradiente de H+.
- Lo mismo ocurre con los ionóforos.
- Para que esta teoría se cumpla se requiere que alguien se encargue de transportar los protones al exterior.
- Los protones vuelven a entrar en la matriz gracias a la ATP – sintasa.
- La ATP – sintasa es el enzima responsable de la síntesis del ATP en la mitocondria.




Potencial electroquímico de protón



La cuantificación del potencial electroquímico de protones ha sido de gran importancia para la teoría quimiosmótica ya que si se hubiera llegado a demostrar la síntesis neta de ATP en ausencia de un potencial electroquímico, toda la teoría se hubiera derrumbado. Además, el potencial electroquímico  de protones es el indicador mas directo y cuantitativo del estado de “energización” de un orgánulo transductor de energía.



Todas las técnicas para la determinación del potencial precisan la medida por separado de Δψ, ΔpH.   Δψ se calcula bien por medio de la determinación directa, en el equilibrio, del gradiente de concentración de un ion que sea permeable por un mecanismo de uniporte eléctrico aplicando la ecuación de Nernst, o bien utilizando el potencial de difusión generado por un gradiente iónico para calibrar un indicador espectroscópico. El ΔpH se calcula generalmente a partir de la distribución en equilibrio de ácidos y bases débiles permeables de forma electroneutra.
 
Para medir  Δψ  hay que seleccionar cuidadosamente el indicador apropiado, que deberá reunir las siguientes condiciones: el ion debe tener carga apropiada para que pueda ser acumulado; debe ser un catión si el interior es negativo p un anión si el interior es positivo en relación al medio. Ha de ser posible calcular la concentración de indicador libre dentro del orgánulo, utilizando un indicador que no se una al orgánulo, o uno cuyo coeficiente de actividad pueda calcularse fácilmente. Debe alcanzar fácilmente el equilibrio electroquímico y no debe ser transportado por más de un mecanismo. Debe modificar lo menos posible los gradientes. No debe ser metabolizable.
                                                                                                  

Para medir ΔpH deben cumplirse igualmente las 5 condiciones expuestas, con la salvedad de que el indicador debe ser un acido débil  si va a ser acumulado en orgánulos con interior alcalino, y una base débil si el compartimento es ácido.





Referencias:

Libro: bioenergética: introducción a la teoría quimisomótica, págs. 74-75, disponible en:






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