5.1 Fenómeno
fotoquímico
La
fotoquímica es el estudio de las transformaciones químicas provocadas o
catalizadas por la emisión o absorción de luz visible o radiación ultravioleta.
Una molécula en su estado fundamental (no excitada) puede absorber un quantum
de energía lumínica, esto produce una transición electrónica y la molécula pasa
a un estado de mayor energía o estado excitado. Una molécula excitada es más
reactiva que una molécula en su estado fundamental.
El
fenómeno fotoquímico precisa de fases principales:
1. Recepción de la energía luminosa
2. Reacción química propiamente dicha.
Según
se opere con una sustancia única o con un sistema de varios cuerpos en
presencia, se realizará, bien una descomposición de la sustancia en sus
elementos (fotólisis), bien una combinación de varios cuerpos en uno solo
(fotosíntesis).
Leyes fundamentales.
1.
Ley de absorción de Grotthus-Draper: Una radiación no puede provocar acción
química más que si es absorbida por un cuerpo (o un sistema de cuerpos); si no,
no puede haber transmisión de energía luminosa.
Es
conveniente señalar que las radiaciones que constituyen el color de un cuerpo
son justamente las no absorbidas. No tienen, por lo tanto, efecto sobre el
mismo. Por el contrario las radiaciones complementarias de éste color son
absorbidas y son susceptibles de acción. Por ejemplo, una sustancia de color
verde emite el verde pero absorbe el rojo y el azul. No podrá ser descompuesta
más que por estos dos últimos colores.
2.
Ley energética: Para que una radiación luminosa actúe eficazmente, debe poseer
una energía, por lo menos, igual a la necesaria para la transformación química.
Se
sabe que la radiaciones poseen tanta más energía cuanto más cortas sean sus
longitudes de onda (o más elevadas sean sus frecuencias). La energía
transportada por un fotón viene dada por la expresión:
( c= velocidad de la luz)
en
la que h es la constante de Plank, igual a 6,55x10-27 ergios.
3.
Ley de la equivalencia fotoquímica (o ley de Einstein): A cada fotón absorbido,
corresponde una molécula descompuesta o combinada.
Se
sobreentiende que los fotones activos satisfacen la ley energética precedente.
Según
esto se comprueba que prácticamente el número de fotones activos absorbidos en
una reacción química, corresponde raramente al número de moléculas
descompuestas con el número de fotones absorbidos,
se
obtiene un rendimiento cuántico que varía entre amplios límites, de 0,1 a 1000
(y más). Sólo algunas reacciones tienen un rendimiento teórico igual a la
unidad.
A
pesar de estas contradicciones, no se puede poner en duda la validez de la ley
de Einstein, y la razón de las variaciones experimentales es simple:
a)
Cuando la reacción química exige una aportación de energía (reacción
endotérmica), como en el caso de los haluros de plata, r es todo lo más igual a
1. En general es más pequeño, como en la descomposición fotoquímica del
clorhídrico gas, pues esta reacción es reversible.
Para
descomponer el amoníaco NH3 en nitrógeno e hidrógeno, por los rayos
ultravioletas, son precisos cuatro fotones por molécula (= 0,25.).
Según
la longitud de onda, se puede modificar el equilibrio fotoquímica a un sentido
u otro. Así, en la reacción reversible
donde
con el ultravioleta = 313 mm existe 44 % de
ácido maleico y 56 % de ácido fumárico, mientras que con una onda más corta = 200 mm, el ácido
maleico se regenera, con un 75 % de ácido maleico y 25 % de ácido fumárico. En
el primer caso, el rendimiento cuántico es de 0,03 mientras que se eleva a 0,1,
por la reacción inversa.
b)
Cuando las radiaciones absorbidas provocan primero una activación de la
molécula, que reacciona a continuación sobre una segunda molécula neutra para
dar productos de descomposición, según el esquema siguiente:
AB + hv =
(AB)
(AB) + AB = 2A +
2B
el
rendimiento cuántico es casi igual a 2.
Referencias:
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