7.4 Visión a color
Para el físico, el color de las cosas no
está en la propia sustancia de las cosas. El color esta en el ojo del
observador y es producto de las frecuencias de la luz que las cosas emiten o
reflejan.
Una rosa nos parece roja cuando a
nuestros ojos llega luz de cierta frecuencia. Otras frecuencias nos provocan
las sensaciones de otros colores. El hecho de que percibamos o no éstas frecuencias
de luz depende del sistema visual del cerebro. Muchos organismos, e incluso las
personas con defectos en la percepción del color, no ven el rojo de las rosas.
Los
rayos de luz atraviesan la córnea, el humor acuoso, el cristalino y el humor
vítreo, y llegan finalmente a la retina, donde forman una imagen invertida. Al
pasar de un medio al otro sufren una cierta desviación, pero la más importante
de ellas tiene lugar en el cristalino, la lente del ojo.
Cuando
deseamos ver un objeto que se halla cerca debemos enfocarlo. Para ello el
músculo ciliar del cristalino hace que varíe la curvatura de éste, con lo que
se consigue que los rayos de luz se desvíen. Además, la pupila se contrae, con
lo que aumenta la profundidad de campo de todo el sistema, lo mismo que sucede
en las cámaras fotográficas al cerrar el diafragma.
Existen
grupos de conos especializados en detectar y procesar un color determinado,
siendo diferente el total de ellos dedicados a un color y a otro. Por ejemplo,
existen más células especializadas en trabajar con las longitudes de onda
correspondientes al rojo que a ningún otro color, por lo que cuando el entorno
en que nos encontramos nos envía demasiado rojo se produce una saturación de
información en el cerebro de este color, originando una sensación de irritación
en las personas.
Cuando
el sistema de conos y bastoncillos de una persona no es el correcto se pueden
producir una serie de irregularidades en la apreciación del color, al igual que
cuando las partes del cerebro encargadas de procesar estos datos están dañadas.
Esta es la explicación de fenómenos como la Daltonismo. Una persona daltónica
no aprecia las gamas de colores en su justa medida, confundiendo los rojos con
los verdes.
Debido
a que el proceso de identificación de colores depende del cerebro y del sistema
ocular de cada persona en concreto, podemos medir con toda exactitud la
longitud de onda de un color determinado, pero el concepto del color producido
por ella es totalmente subjetivo, dependiendo de la persona en sí. Dos personas
diferentes pueden interpretar un color dado de forma diferente, y puede haber
tantas interpretaciones de un color como personas hay.
En
realidad el mecanismo de mezcla y producción de colores producido por la
reflexión de la luz sobre un cuerpo es diferente al de la obtención de colores
por mezcla directa de rayos de luz, como ocurre con el del monitor de un
ordenador, pero a grandes rasgos y a nivel práctico son suficientes los
conceptos estudiados hasta ahora.
El espectro de los colores
Isaac
Newton fue el primero en llevar a cabo un estudio sistemático del color.
Haciendo pasar un haz angosto de luz solar por un prisma triangular de vidrio,
Newton demostró que la luz del Sol es una mezcla de todos los colores del arco
iris. El prisma proyectaba la luz del Sol como una mancha alargada de colores
en una hoja de papel blanco. Newton llamó espectro a esta banda de colores y
advirtió que estaban ordenados como sigue: rojo, naranja, amarillo, verde, azul
y violeta. La luz solar es un ejemplo de la luz que llamamos blanca. Bajo la
luz blanca los objetos blancos se ven blancos y los objetos de color se ven del
color correspondiente.
Al
superponer todos los colores se combinan para producir luz blanca. En términos
estrictos, la luz blanca no es un color, sino la combinación de todos los
colores.
Análogamente,
el negro no es un color propiamente dicho, sino la ausencia de la luz. Los objetos
se ven negros cuando absorben todas las frecuencias de la luz visible.
Los
objetos negros que se pueden ver no absorben la luz que incide en ellos;
siempre se refleja un poco de ella en la superficie. De lo contrario, no
podríamos verlos.
Color
por reflexión
El
color de la mayoría de los objetos que nos rodean se debe a la manera en que estos reflejan la
luz. Las vibraciones de las ondas electromagnéticas (como la luz) pueden
obligar a los electrones a entrar temporalmente en órbitas más grandes. Una vez
excitados los electrones emiten sus propias ondas de energía en todas
direcciones.
Los
diferentes materiales tienen diferentes frecuencias naturales de absorción y
emisión de radiación. En un material los electrones oscilan sin dificultad a
ciertas frecuencias, en un material distinto, oscilan fácilmente a frecuencias
diferentes. La luz se absorbe a frecuencias resonantes cuando la amplitud de
las oscilaciones es grande. Pero a frecuencias mayores y menores que la
frecuencias resonantes, los átomos reemiten la luz. Si el material es transparente
la luz reemitida lo atraviesa; si es opaco, la luz regresa al medio tal cual
provino. Decimos que se produce una reflexión.
Referencias:
No hay comentarios:
Publicar un comentario